lunes, marzo 29, 2010

Tacones Urbanos, Mariana Jara

Pasamos de los libros veraniegos (que eran más, pero el tiempo corre y si no atraso) a los regalos de cumpleaños. Fueron varias las nuevas adquisiciones, como La mano de Fátima, uno de Arturo Pérez-Reverte, otro de Gabriel García Márquez y un par de los que no me acuerdo ahora. Y bueno, también el que le da nombre a este post.
Tacones Urbanos, de la periodista chilena radicada en Barcelona Mariana Jara, es la historia de cómo nos enfrentamos las mujeres al amor y cómo, a pesar de el dolor y las grandes caídas que éste provoca, nos volvemos a levantar y a buscar a esa media naranja que sabemos que está por alguna parte. Se centra en el grupo etario de los treintañeros, gente que según ella está en una especie de limbo, ya que sus mayores fueron criados recatadamente y los que los siguen son parte de la nueva liberación sexual de este siglo.
Probablemente si lo leo en un par de años más, cuando me acerque más a la edad de los protagonistas, tenga otro sentido para mí, lo que no quita que me haya sentido representada al cien por ciento. La historia está contada en capítulos cortos, de no más de 3 páginas cada uno y narra los avatares de Mar y sus amigos en el amor. Son una especie de grupo a lo Sex and the City (incluyendo a un hombre que no es gay, pero le tiene un miedo visceral al compromiso) que recorren los bares de Barcelona tratando de consolarse mutuamente o de celebrar cuando alguno logra encontrar esa tan anhelada alma gemela.
La forma de escribir es deshinibida y habla de sexo en casi cada capítulo, pero lo que más me ha llamado la atención de este libro es que no es sobre sexo. Más allá de las peripecias de cada una se logran atisbar los miedos, los deseos y todas las cicatrices que cada uno ha ido atesorando a lo largo de su vida. Y me he dado cuenta que a pesar de que ellas me llevan una década de ventaja buscamos lo mismo y queremos lo mismo para nuestras vidas.
Buscamos sentirnos amadas, compartir la cotidianeidad de un abrazo en la mañana y del beso de buenas noches. No queremos a alguien perfecto, si no a alguien que nos comprenda y que quiera estar con nosotras, más allá de todos los problemas que seguramente aparecerán en el camino. Que se la juegue, con nos abrace y que saque el romanticismo (no tan) oculto de muchas.

El libro me encantó, no hay más palabras. Creo que nos refleja muy bien a todas, ya que en las (y el) protagonistas hay para todos los gustos y para todos los tipos: quienes se enamoran y desenamoran fácilmente, los que no quieren sufrir, los que se anestesian y los que han olvidado cómo abrirse a lo nuevo y a lo incierto.

Hay muchas frases memorables, pero ésta del único hombre de la historia me hace mucho sentido:
Desde que acepté que puedo volver a sufrir, vuelvo a ser feliz. (...) No se trata de seguridad, ¿Quién la tiene al ciento por ciento?

1 Comment:

Anónimo said...

OOOOOOOOOOOOOOO me mataste cn la frase.
Yo lo creo asi, la q no esta dispuesta a pasalor mal no puede volver a querer de la misma manera, es cuando te tirai a la piscina sin saber cuan fría esta el agua, no puede importarte si lo que quieres es nadar.

Natss

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