sábado, marzo 13, 2010

Travesuras de la Niña Mala, Mario Vargas Llosa

Entre tanto movimiento de tierra bajo nuestros pies y tantas imágenes de devastación, no me quedó más que encontrar un pequeño momento de relajo. Y qué mejor que empezar a contar sobre los libros que alcancé a leer este verano, obviamente antes que el terremoto hiciese acto de presencia y nos dejara a todos de cabeza.

El primero de esta lista es Travesuras de la niña mala, del gran autor peruano Mario Vargas Llosa. Si hay algo que no me gusta de su forma de escribir es su extremo detallismo a la hora de relatar situaciones extremas, tales como actos de violencia y encuentros sexuales, entre otros. Creo que una buena parte de la pericia al escribir se nota cuando se escribe poco, pero se dice mucho. Bueno, Vargas Llosa es así y hay que aceptarlo con sus detalles escabrosos y poco dados a la imaginación.
La historia habla de el amor imperecedero de Ricardo por una mujer que nunca le revelará su verdadera identidad. Es una novela de amor, aunque muchas veces parezca una oda a lo patético que puede ser un hombre enamorado y a lo malditas que podemos ser las mujeres cuando nos lo proponemos. Si tengo que ser sincera, llevaba alrededor de 30 páginas y no podía soportar al protagonista. Supongo que estamos todos tan acostumbrados a las historias de romances desinteresados o a desgarradoras separaciones que nos olvidamos que el amor puede tener una cara menos amable. Una que saca lo peor de cada uno o que nos convierte en estropajos humanos, dedicados a complacer a quien adoramos de forma muchas veces enfermiza.
La gracia de este libro no reside en Ricardo, si no en ella, la Niña Mala. La Chilenita, la guerrillera, la señora francesa, la dama inglesa o la geisha japonesa. Todas una, pero a la vez ninguna. Si alguien logra terminar el libro teniendo algo más que una vaga idea sobre quién es realmente la malvada mujer, entonces significa que logró algo. Porque parece que el autor se fascina en confundirnos, mostrándonos una mujer de tantas facetas que nos llegamos a preguntar si alguna de ellas es la real.
Ricardo la ama, la odia, la venera, trata de olvidarla. Mas en un final siempre está ahí, como el reflejo de esas cosas que deseamos olvidar, pero que son parte nuestra y que siempre nos perseguirán. Hay diferentes formas de enfrentarse a ellas: tratar de olvidarlas, asumirlas, odiarlas, luchar contra ellas o simplemente aceptarlas. Saber que no podemos hacer nada contra ellas, pero dejar de luchar porque desaparezcan.

Es un buen libro. Se lee rápido y el estilo es ágil, no se demora en narraciones innecesarias. Eso sí, prevengo a los más quisquillosos contra la cantidad de detalles que encontrarán...detalles que a veces, uno preferiría no saber y dejarlos simplemente a la imaginación. Creo que dejará a más de uno preguntándose sobre las diferentes versiones del amor, algo que siempre se nos presenta como dulce, pero que definitivamente tiene más de una cara amarga.

2 Comments:

Natss said...

Soy depravada pero me gustaban esos detalles, por la misma razón que a algunos no, este loco deja de lado ese pudor innecesario en las descripciones mas morbosas.
Y pasé por etapas odiando y amando a los personajes jajaja, muy raro.

Extrañaba leer los blogs de mis amigas :(

Carlos Andueza said...

Debo confesar que, aparte de las columnas que escribe en La Tercera, no he leído a Vargas Llosa. Y aunque no lo encuentro sacrilegio ni mucho menos (de un tiempo a esta parte he pensado que, por lo menos a mí, los libros o autores me llegan cuando me deben llegar), leyendo tu reseña, sí creo que debería darle una oportunidad a esta novela. Especialmente por la trama: las relaciones escabrosas y difíciles son muy atractivas de leer.
Como siempre es un placer leer tus comentarios, Sofi, aunque no siempre deje un comentario =P trataré de que eso cambie con el tiempo ;)

Espero tus siguientes entradas de lo que leíste en el verano.
Nos vemos luego, Sofi :)

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